Los graffitis de Okuda son de esos que impactan, que te obligan a detenerte y sacar el móvil para inmortalizarlos. Una explosión de estructuras geométricas y estampados multicolores que se funden con cuerpos grises y estructuras orgánicas. Sus inicios fueron idénticos al de muchos artistas callejeros, ilustrando las vías y fábricas abandonadas de su ciudad natal: Santander. Pero Óscar San Miguel Erice, el verdadero nombre oculto tras el pseudónimo, decidió convertir su talento en algo más que una mera afición. Así, viajó a Madrid para estudiar Bellas Artes en la Universidad Complutense y en la actualidad combina sus trabajos murales con proyectos de diseño gráfico.
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